Estos últimos días, el
mundo NBA está centrando sus focos exclusivamente en la espectacular racha de
Miami Heat y su carrera por convertirse en la franquicia con más victorias
seguidas. Nadie duda de la dificultad
que esto conlleva, pero nosotros queremos encender una bombilla en nuestro
humilde blog para iluminar otro equipo que, a mi parecer, se merece mucho más
protagonismo del que se le está dando. Aunque parezca mentira, hay vida más
allá de equipos poderosos como Heat o Thunder. ¡Y qué vida! Porque aunque puede
que las 13 victorias seguidas que llevan se queden cortas en comparación con
las 23 de Lebron, Wade y compañía, mi particular equipo de moda en la NBA son
los Denver Nuggets.
Cierto es que este equipo
no es ninguna novedad en los Playoffs temporada tras temporada, pero tiene
mérito el año que están marcándose. Porque tras la marcha de Melo no tienen un
líder claro. De hecho, pese al gran momento del equipo (quintos, peleando por
la tercera plaza y con un balance de 47-22), este año no han “colocado” a
ningún jugador en el All-Star, y a excepción de Ty Lawson (16,8) y Danilo Gallinari
(16,3), todos los jugadores de la plantilla promedian por debajo de los 13
puntos por partido. Es aquí donde reside a mi parecer el mérito de este equipo. Tras la marcha de su jugador franquicia han
logrado unir a un grupo de jugadores con hambre y que se compenetran a la
perfección. Y en mi opinión han acertado en todo, dejado clara una cosa: “Melo,
no te echaremos de menos”.
Dirigidos por un entrenador veterano y con
ideas claras, tienen un equipo joven y que debería ofrecer continuidad a un
proyecto muy interesante y sólido. De hecho tiene especial mérito que George
Karl haya logrado sentar la cabecita de “el anárquico” Mcgee, aunque también es
cierto que tanto él como Kosta Koufos pueden dar mucho más al equipo. Aún así
tienen un juego interior potente y joven. Y es en el juego interior donde creo que
ha llegado el gran acierto tras la marcha de Melo. Porque dejar marchar a un
jugador consolidado como Nene Hilario a cambio de McGee, y dejar paso al Nº 22
del Draft 2011 no era una apuesta fácil, pero como he dicho antes, McGee está
dando poco a poco sus frutos y “RastaFaried” no ha defraudado. Un jugador con hambre, que nadie esperaba, y que dará mucho que hablar en la NBA. Hay "Manimal" para rato. La llegada de un
“todoterreno” como Iguodala (jugador de equipo donde los haya) ha sido el complemento
perfecto a un equipo con un juego exterior demoledor y eléctrico. Gallinari es
un tirador exquisito, un jugador que cualquier equipo querría tener. Ty Lawson
es el director principal de orquesta, sin quitarle importancia a un André
Miller que con 37 años aporta esa veteranía necesaria en un equipo tan joven.
Además, la explosividad de gente como el propio Lawson, Corey Brewer o Wilson Chandler le va de lujo a
un equipo tan ofensivo, siendo el tercer equipo más anotador de la NBA (con 106,1 puntos por partido), a menos de un punto de las medias de Oklahoma City Thunder
y Houston Rockets.
Un roster sin
estridencias, sin estrellas, pero perfectamente cosido y fiable. Porque tener el mejor balance
en casa junto a los todopoderosos Miami Heat (30-3) no es cuestión de casualidades
de la vida. Solo los nombrados Miami Heat, L.A. Clippers, y sorprendentemente Washington
Wizards (en lo que yo consideraría como un desliz) se han llevado
algo del Pepsi Center. Es esta solidez en casa la que hace plantearme que
pueden dar más de un susto a los grandes del Oeste y, porque no, luchar por el
anillo.
Puede que haya equipos
más favoritos para ganar el anillo, incluso se dé por sentado que los Nuggets no tienen
ninguna posibilidad, pero lo que tengo claro es que en Denver se decidirá en gran medida el
campeón, si no de la NBA, de la Conferencia Oeste. Porque para llevarse una victoria de Denver se
tiene que sudar sangre y lágrimas, y si en Playoffs aseguran tanto las victorias en casa
como en Temporada Regular y rascan mínimamente fuera, harán sufrir mucho a su rival, sea quien
sea. Es por esto que quien sobreviva en el Pepsi Center, y en su defecto a la eliminatoria, demostrará que está apto para luchar por el anillo. Quien sobreviva al infierno de Colorado, tendrá derecho a soñar. Este año, los mineros dictarán sentencia, ganen o pierdan.
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