domingo, 23 de junio de 2013

No te atormentes más, Tim

El destino no quería devolverte a la gloria, Tim. Este año no. Ese tiro que la mayoría de veces entra, ese día no tenía intención de entrar. Ni el palmeo posterior. Dos puntos para empatar el partido y meter el miedo en el cuerpo a los campeones. Me dolió verte así, Tim. Tan abatido, tan cabizbajo, con la mirada perdida. Demasiadas vueltas le diste a la jugada en el tiempo muerto, pensando en lo que pudo haber sido y no fue.


El final del 7º partido fue cruel con Tim Duncan. O mejor dicho, la responsabilidad que se echó él mismo encima. Porque San Antonio no perdió la final en el séptimo asalto de una eliminatoria de ensueño, ni mucho menos tras el fallo de Big Fundamental a falta de poco menos de un minuto para el final del partido, y de la eliminatoria. San Antonio perdió el anillo en los últimos 30 segundo del 6º partido. Pero dolió igualmente. Su reacción tras fallar fue acongojante. Bajó a defender, se dió la vuelta y soltó una palmada al suelo. Después un tiempo muerto eterno. Demasiado largo para intentar asimilar lo que había pasado, para digerir que su quinto anillo se le escapaba. La primera final que iba a perder.

Sus declaraciones después del partido fueron tajantes y sentidas. Palabras de un jugador desolado tras perder una final que en ciertos momentos llegó incluso a tocar con las yemas de los dedos. Esos mismos dedos que le jugaron una malas pasada a falta de 45 segundos para el final:

"No creo que el sexto partido se quede en mi memoria para siempre. Para mí fallar la bandeja para empatar, hacer malas decisiones, no ser capaces de frenar a LeBron ni Wade son recuerdos más pesados. Seguramente el séptimo partido me atormentará toda la vida."

En parte te entiendo, Tim. Entiendo la responsabilidad asumida como líder que has sido, eres y serás siempre. Pero no eres justo contigo mismo. Porque nos has dado muchas más cosas buenas que malas.  Porque tu equipo y tú habéis plantado cara a una de las mejores plantillas confeccionadas jamás, con un líder como Lebron que está destinado a pelear por ser el mejor jugador de todos los tiempos hasta el final de su carrera. El mismo Lebron al que hace unos años arrebataste su primera final. Ese al que le dijiste "Algún día esta liga te pertenecerá". Porque a pesar de tu edad, te has marcado un temporadón al alcance de muy pocos. Porque aunque aún no te has retirado, ya eres un Hall of Fame y uno de los mejores 4 que la NBA ha visto jamás. Porque tienes nada más y nada menos que 4 anillos, 3 MVP's de las Finales, 2 MVP's de la Temporada Regular, 13 veces All-Star, 14 veces en el mejor quinteto de la liga, 7 veces en el mejor quinteto defensivo... Un sinfín de "Porqués" que no terminarían nunca.  

Así que no pienses más en ello, Tim. Levanta la cabeza y echa la mirada atrás, mira todo lo que has conseguido tú solo. Nadie te ha regalado nada. Un simple tiro que no quiso entrar no nos va a destrozar la idea de que eres una leyenda de éste deporte. Tenemos mucho más que recordar, mucho más que agradecer. No te atormentes más, Tim. Tú solo continúa deleitándonos con tus actuaciones el tiempo que te quede. Continúa con el show y olvida, que el destino acabará dándote el sitio que te mereces. 

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